Que lejos estamos de nosotros mismos (García Márquez) escribió en Amor y otros
demonios y por cierto que cada vez que fingimos ser tan compuestos, nos
transportamos de nuestro cuerpo, de la verdadera realidad espiritual que
subyace en nuestro yo.
Conversaba
con algunos amigos sobre los demonios internos. Pensé que solo era una
definición de revista Vogue pero definitivamente, creo que la literatura se ha
expresado sobre ellos de forma bastante extensa. Pero no siempre clara. Y es
que tenemos tanto miedo a expresarnos, a ser tal como somos son causar
vergüenza en nuestro entorno, que ocultamos la certeza y belleza del yo
mismo. Siempre me he cuestionado sobre la dolorosa realidad del ser y la
tranquilidad del parecer, pues este último sosiega todos los cuestionamientos
morales y éticos que puedas tener. Y quedas bien con el entorno. Pero he ahí el
dilema. Donde queda mi yo? donde puedo liberar el fuego que carcome mi alma,
con los demonios atrapados en mi mente malvada, lujuriosa, maldita e indomable?últimamente, he obtenido algunas respuestas cuando me evado mediante alguna sustancia (i) lícita que eleva mi cuerpo un poco mas allá de la racionalidad. Interesante fenómeno, pues he logrado conseguir que mi menta evada los mecanismos de defensa y buen comportamiento para establecer respuestas a mis inquietudes.
Las pasiones son inherentes al ser humano y solemos limitarlas o controlarlas. Definitivamente, fue lo que hice. Por ser la bien compuesta me reprimí demasiado y hoy pago las consecuencias. Sin duda, he logrado liberar parte de esa líbido que estaba acumulada como un volcán durmiente y brotó de la forma mas alocada: sexo. Decidí que no diría NO a ofrecimientos sexuales interesantes - su filtro está, claro - y he aprendido de estos señores, muchos de ellos virtuosos, a amar a un nene en el minuto. El daño podría ser terrible si es estable señor en mi vida se enterase, pero yo no puedo seguir fingiendo lo que soy y nunca seré. Buscándome, encontré a un ser humano complejo en su esencia, pero básica en su proceder y castigarme no ha logrado que los demonios se vayan o al menos se calmen. Entonces, he dado riendo suelta a esa energía y he decidido ser absolutamente yo. No ha sido fácil tampoco porque me cuestiono si estoy en mi derecho de herir a otros, y me siento bastante malvada. Pero ya no daba más reprimiendo esos demonios bajos que carcomían mi mente. Y es que ya no lucho en contra de ellos, pues estamos en el mismo carril en la vida! Y que amor más profundo que el propio? es el que perdura hasta el ultimo día de nuestra vida y no nos traiciona como suele pasar con el amor ajeno. Romper ataduras y presentarse tal cual somos, nos ayudará a establecer una mejor relación con nosotros mismos.
No obstante, se que no encontraré paz espiritualidad ni nada. Siento la vorágine de ir cayendo rápidamente al vacío, el golpe del viento mientras bajo a lo más profundo del infierno. Malditos demonios!! No lucharé en contra de uds pero tampoco me pidan que sea su máximo aliado. Probablemente, sufra el deterioro mental y moral que siempre he temido, pero es la consecuencia de saberse YO en su máxima expresión. No obstante, los seres humanos somos incapaces de guardar secretos y menos nuestro tormentoso pasado y citare en inglés a uno de mis autores favoritos:
‘It is the face of my soul.’
‘Christ! What a thing I must have
worshipped! It has the eyes of a devil.’
‘Each of us has Heaven and Hell in him,
Basil!’ (The Picture of DorianGray, 161)
Dorian Gray tenía la
obsesión con la belleza y la juventud. Su demonio interno era envejecer y ser
un ser abominable. No obstante, se suicida....o digamos que es el ambiguo
suicido del anti héroe que al querer eliminar sus demonios internos, rompe en
jirones con un cuchillo los restos de su propio cuerpo y alma, las sobras de un
ser humano que luchó toda la vida consigo mismo. Sobreviviré a ello o caeré y
romperé mi cuerpo en el fondo del abismo? o seré encontrada tal como Dorian
Gray?
When they entered they found hanging
upon the wall a splendid portrait of their master as they had last seen him, in
all the wonder of his exquisite youth and beauty. Lying on the floor was a dead
man, in evening dress, with a knife in his heart. He was withered, wrinkled,
and loathsome of visage. It was not till they had examined the rings that they
recognized who it was. (229)